Hubo un tiempo en el que una extraña leyenda era la protagonista de todas y cada una de las islas del Caribe. Según explicaba la historia, un misterioso pirata capitaneaba un barco que los marineros más veteranos aseguraban que había sido hundido. El pirata era Jack Brook y lideraba la larguísima tripulación de The Survivor. Según había explicado el pirata a su circulo más cercano, había viajado al mundo de los muertos para rescatar el que era el barco más grande del mundo. Jack aseguraba ser un elegido, y confiaba en una fuerza paranormal que le hacía conseguir todo lo que quería. Así era. El pirata salía victorioso de todas las batallas. Regresaba a su barco cargado de oro en cada desembarco y por supuesto, conservaba su vida a pesar de vivir situaciones extremas que cualquier otro ser humano no habría resistido. Jack era sin lugar a dudas el pirata más rico del Caribe, y todo el mundo lo sabía. The Survivor estaba cargado de riquezas robadas en centenares de batallas y saqueos, y ya apenas quedaba espacio para guardarlas. Jack sabía que tenía que encontrar un lugar donde guardar todo el oro que había acumulado a lo largo de los años.
Su hermano menor, Larry, había viajado siempre con él, pero jamás habían compartido la manera de vivir. Larry era un hombre honrado y muy inteligente. Jack no hacía nunca lo que su hermano le aconsejaba, pero su lucidez le había mantenido con vida en diversas ocasiones. Esa era la única razón por la que le llevaba consigo, para iluminarle las ideas cada vez que lo necesitaba. A pesar de no coincidir en apenas nada, Larry siempre aceptaba lo que su hermano decidía, pero se había cansado. Jack le explicó que tenía que encontrar un lugar donde guardar todo el oro, pero Larry se plantó y se negó a ayudarle. El hermano menor no entendía porque debía considerar de su propiedad algo que en realidad no lo era. Él nunca participó en los saqueos ni en las batallas, simplemente fue viendo crecer el botín que su hermano había acumulado derramando muchísima sangre por el camino. Larry entendía la manera de vivir de su hermano, pero no estaba dispuesto a compartirla, y ésta vez, Jack debería actuar solo.
Tras darle muchas vueltas y estudiar diversos lugares, Jack recordó el misterio de Isla Golden. Según explicaban los piratas, la isla tenía una especie de maldición que impedía llegar a tierra a la mayoría de los barcos que lo intentaban. Nadie conocía el secreto que ocultaba la Isla, y eran muchos los barcos que navegaban hasta allí para averiguarlo, sin embargo, nadie nunca había tenido éxito. Jack sabía que aquello no sería un problema, ya que la suerte que le acompañaba le haría llegar sin problemas. The Survivor emprendió rumbo a Isla Golden, un lugar idóneo para esconder su oro. Larry escuchó donde se dirigían, y aunque sabía que no era buena idea, decidió mantenerse al margen de la decisión de su hermano.
Cuando llegaban a Isla Golden, una horrible tormenta empezó a balancear el barco. Aunque avanzaban, las olas golpeaban violentamente el navío y los hombres caían al agua sin opción de regresar. Jack era un excelente capitán, manejaba el barco siempre a su antojo, pero ésta vez se veía incapaz de dominar el timón. La tormenta arrastró el Barco hasta un enorme peñon de la isla, y lo terminó partiendo por la mitad. La tripulación logró salir del barco y comenzaron a nadar hacia una orilla cercana.
Jack quedó atrapado bajo el timón, y por más esfuerzo que hacía no lograba salir. Larry buscaba a su hermano en medio de las olas, pero no le veía. Jack confiaba ciegamente en esa extraña fuerza que siempre le mantenía a flote, pero pasaban los minutos y nada le hacía salir de aquella situación. Poco a poco, el capitán perdía la calma y asumía que nada le sacaría de allí. Larry nadó hasta donde se encontraba su hermano mayor para rescatarlo. Lo encontró aún atrapado, y no tenía muy claro si seguía con vida. Cuando se disponía a rescatarlo, una extraña fuerza les hundió hasta lo más profundo del mar. La tripulación consiguió sobrevivir casi al completo. Pasaron horas en la orilla, esperando a su capitán, pero Jack no regresó.
La tripulación estaba atrapada en la isla. Sabían a lo que habían ido, y no dudaron en llevar a cabo la labor que les había llevado hasta Isla Golden. The Survivor había quedado atrapado entre dos grandes rocas que le mantenían hundido apenas unos metros. Los piratas inviertiron años en rescatar hasta el último gramo de oro del barco. La tripulación inspeccionó la isla hasta encontrar una enorme y profunda cueva, donde decidieron esconder el botín.
Durante aquellos años, fueron muchos barcos los que intentaron llegar a Isla Golden, pero todos fracasaron a excepción de uno. El barco de Theon Devery logró atravesar la horrible tormenta que hundía a la mayoría de los barcos que rondaban Isla Golden. El pirata únicamente buscaba la gloria de la conquista, pero no se imaginaba lo que iba a descubrir.
Los piratas de The Survivor se encontraban en la cueva refugiados del temporal que había arrancado Theon Devery con su presencia. Devery y su tripulación exploraron la isla durante horas, hasta que finalmente encontraron la entrada de la cueva. Cuando entraron, descubrieron lo que no andaban buscando. Kilos y kilos de oro relucian en su interior mientras la tripulación de The Survivor quedaba parada por la llegada de Devery y sus hombres. La situación se convirtió en una batalla campal. La tripulación que terminara con la otra saldría de Isla Golden con el enorme botín y disponía de un barco en los alrededores de la Isla. Los hombres de Jack Brook apenas tenían fuerzas, llevaban años atrapados en aquella isla sin apenas comer, y sus escasas fuerzas fueron vencidas por la tripulación de Devery.
Cuando los piratas de Devery se disponian a llevarse todo el oro, una voz hizo retumbar la cueva. A lo lejos, apareció una sombra en forma de humano, pero en ningún caso lo era. La silueta pertenecía a Larry Brook, aunque la descomposición del cuerpo hacía imposible reconocerle. La Isla había reconocido la llegada de The Survivor hasta la isla, y la supervivencia de la mayoría de la tripulación a excepción de los hermanos Brook. Isla Golden había revivido a Larry en cuerpo y a Jack en mente, dando vida a The Fancy, un pirata que daría mucho que hablar. La tripulación llevaba en la isla 29 años, uno menos de lo que la maldición permitiría a The Fancy volver a la vida y dejar atrás su alma lindante con la muerte. The Fancy volvería a la vida pasados los 30 años de su muerte, y únicamente permaneciendo todo aquel tiempo en Isla Golden. The Fancy se acercó a Theon Devery, que era incapaz de actuar ante el impacto de la situación. El espectro dejó huir a la tripulación, algo que pensó que le sería beneficioso unos meses más tarde. The Fancy había calculado los tiempos para ser rescatado 30 años después, y redactó un mapa con los pasos a seguir para conseguir el tesoro, lo que en realidad era el plan para rescatarle a él de aquella maldición. Sabía que solamente la llamada de un tesoro de tales dimensiones atraería a los piratas. Se encargó personalmente de dejar a la vista el mapa para que la tripulación se lo llevara. Justo en le momento que la tripulación salió de la cueva, The Fancy revivió a su tripulación, que viviría bajo su misma maldición hasta ser rescatada, e hizo desaparecer todo el oro resguardandolo en un lugar que solamente él sabría. Un secreto que guardó hasta mucho más adelante. Theon Devery contempló la escena con incredulidad, y sin otra opción, The Fancy le asesinó tras explicarle por qué debía morir: Los muertos no hablan.
Meses después, aparecieron en la isla Captain Luxurious y Mr.Grog, dos piratas en busca del tesoro. La unión de ambos les hizo llegar a la isla unos meses antes de lo esperado, algo que la tripulación fantasma intentó impedir asesinando a los hombres que venían con los dos piratas. The Fancy creía haber calculado los tiempos a la perfección, pero Captain Luxurious y Mr.grog le encontraron antes de lo previsto. Los piratas se llevaron a The Fancy de Isla Golden antes de cumplir los 30 años de su muerte, lo que le convirtió en un fantasma para siempre.